TALLER “CUERPO Y TECNOLOGÍA”

 

TALLER “CUERPO Y TECNOLOGÍA”



El día 31 de marzo, hicimos un taller acerca de la tecnología, pero en vez de usar aparatos tecnológicos como tal, hicimos uso de nuestro propio cuerpo, sin nada tecnología de por medio.


Empezamos el taller quitándonos las zapatillas para que todas las personas del aula estuviéramos más cómodas. Una vez dejamos las zapatillas a un lado, nos pusimos en círculo y tuvimos que decir una palabra que identificara lo que sentíamos en el momento, de cómodos sentíamos, y escribir individualmente una pregunta en un papel acerca del documental “El dilema de las redes sociales” que días atrás tuvimos que ver.


Posteriormente, los ejercicios que hicimos fueron más movidos, más dinámicos y al final de cada ejercicio teníamos que escribir en un papel 3 palabras que describieran cómo nos habíamos sentido o que nos había parecido dicho ejercicio. El primero consistía en que si la profesora decía 1 teníamos que andar a cámara lenta por el aula, si decía 2 había que correr, si decía 3 había que sentarse en el suelo y después saltar y si daba una palmada había que saltar.


El segundo ejercicio fue ponernos en grupos de 4 y que 3 personas bombardearan a la otra participante a preguntas, es decir, una persona cogía el rol de hacerle preguntas sobre sumas y restas matemáticas, otra sobre cosas cotidianas y la última tenía que bailar para que la última participante copiara sus movimientos mientras que a su vez respondía las preguntas de matemática y las del día a día. Todo esto para ver el impacto o presión que vivimos las personas en nuestro día a día, ya que ese ejercicio agotaba bastante tanto física como mentalmente.


El tercer ejercicio fue ponernos en parejas y hacer el juego del espejo, es decir,ponerse una persona en frente de la otra, y los movimientos que una hacía, la otra persona lostenía que copiar y viceversa.


El siguiente ejercicio fue que dos participantes hicieras movimientos por el aula delante de las demás personas, y lo que les estábamos viendo a su vez teníamos que escribir palabras que describieran como les veíamos (contentos, nerviosos, tranquilos..). Después dijimos de uno en uno todas las palabras que habíamos escrito en alto; una vez dimos todas las palabras, los dos voluntarios volvieron a hacer movimiento por el aula, pero esta vez tuvimos que escribir una frase con cada acción que hacían (saltar, abrir la puerta, tocarse el pelo..) y una vez volvimos a decir todo lo escrito el alto, volvieron a hacer otros movimientos por última vez, con la diferencia de que esta vez tuvimos que escribir o imaginar una historia acerca de lo que estábamos viendo, y volvimos a decirlo todo en alto, con el objetivo de que se hiciera una repetición sonora ya que todos decíamos más o menos los mismo.


A continuación, estuvimos andando por clase con una canción de fondo, y cuando una persona se sentaba en una de las sillas que estaban puestas aleatoriamente por el aula, los demás teníamos que sentarnos frente a esa persona, mirarla y si queríamos decirle algún piropo en alto, todo eso durante 15 segundos, así hasta que todas las personas se hubieran sentado en laguna silla. El objetivo fue sentirnos como nos sentimos en las redes sociales, es decir, cuando una persona sube una foto a Instagram por ejemplo, hay muchas personas viendo esa foto, poniendo comentarios en la foto o dándole “Me gusta” a la foto, y lo que quería la profesora era plasmar eso en la vida real, que un grupo de personas te mirara y dijera cosas en un tiempo determinado y ver cómo nos sentíamos; he de decir, que las experiencias fueron de incomodidad por mucho que fueran personas conocidas ya que no gustaba ser el centro de atención, algo contradictorio ya que cuando subimos una foto suele ser así y nos da igual o nos importa menos porque estamos detrás de una pantalla.


El sexto ejercicio fue algo más tranquilo; consistía en escribir una palabra sobre algo que nos de miedo y dejarlo encima de nuestra silla para que después, pasáramos todos viendo las palabras de los demás.

El séptimo ejercicio fue hacer un círculo lo más extenso posible; teníamos que mantener los ojos cerrados mientras la profesora nos leía una serie de frases y si nos sentíamos identificadas con ellas, teníamos que dar un pequeños paso adelante; así pudimos ver los cerca que acabamos los unos de los otros debido a que la mayoría pensábamos o nos sentíamos identificadas con cosas similares.


Para finalizar el taller, nos sentamos en el suelo en un pequeño círculo y contestamos a las preguntas que habíamos escrito anteriormente sobre el documental.


Desde mi punto de vista, el taller fue divertido y me sirvió para desconectar, ya que en ningún momento estuve pensando en mis preocupaciones, en todo lo que tenía que hacer o en coger el móvil y todo eso fue gracias a que estuve muy entretenida.

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